CON TODA LA CLARIDAD POSIBLE














JOSE DIAZ.
LA PASION POR LA UNIDAD.
Un libro de la FIM, (2002).
Para leer.

Se trata de discursos, cartas y artículos de José Díaz de entre los años 1935/1938, que están situados en su momento histórico concreto que hay que entender para ver la actualidad metodológica y como guía.
El prólogo es de Paco Frutos, es interesante el encaje para leer los artículos. Coincido con Paco en que tenemos que tener en cuenta:
"Al escribir este prólogo hemos querido destacar cuatro cosas para que se tengan muy en cuenta en la lectura de este libro: Primera, el momento histórico que reflejan sus textos; segundo, el empeño unitario para derrotar al fascismo; tercera, la indisoluble relación entre revolución democrática y revolución social y, consecuentemente, en la prioritaria urgencia de ganar la guerra para seguir avanzando en el proceso social y democrático; y cuarta, en la imprescindible conjunción de fuerzas sociales, culturales y políticas para construir una democracia avanzada y participativa, que de eso se trataba, con un horizonte socialista.
En definitiva, a los casi setenta años de aquellos hechos, la realidad material ha cambiado mucho pero los retos para el desarrollo de una sociedad plenamente democrática, de fundamentación socialista siguen vigentes. Son nuestros retos."


De los artículos me ha llamado la atención uno que quiero reproducir:
Con toda la claridad posible
Jose Diaz.
Carta a la redacción de "Mundo Obrero" Publicada en "Frente Rojo" el 30 de marzo de 1938.

Queridos camaradas:
En el número del 23 de marzo de Mundo Obrero aparece un artículo sobre el cual es necesario llamar vivamente vuestra atención y la de todo el Partido. Empieza el artículo diciendo que "todo lo que pueda desorientar a las masas debe ser aclarado con el mayor cuidado". La justeza de esta afirmación nadie puede ponerla en duda, y por esto precisamente creo que es necesario os dirija esta carta, ya que a continuación se encuentra en vuestro artículo la afirmación siguiente:
"...No se puede, como hace un periódico, decir que la única solución para nuestra guerra es que España no sea fascista ni comunista, porque Francia lo quiere así."
No conozco el periódico contra el cual está dirigida vuestra polémica. Es posible que ese periódico esté escrito por gentes que no quieren a nuestro Partido, ni comprenden bien los problemas de nuestra guerra. Pero la afirmación de que "la única solución para nuestra guerra es que España no sea fascista ni comunista", es plenamente correcta y corresponde exactamente a la posición de nuestro Partido.
Es necesario repetirlo una vez más, para que sobre ello no quede la menor duda. El pueblo de España combate, en esta guerra, "por su independencia nacional y por la defensa de la República democrática". Combate para echar del suelo de nuestra patria a los bárbaros invasores alemanes e italianos, combate porque no quiere que España sea transformada en una colonia del fascismo, combate para que España no sea fascista. Combate por la libertad, en defensa del régimen democrático y republicano, que es el régimen legal de nuestro país y que permite los progresos sociales más amplios.
El Partido Comunista, que es, junto con el Socialista, el Partido de la clase obrera de España, no tiene ni puede tener intereses u objetivos diferentes de los del pueblo entero. Nuestro Partido no ha pensado nunca que la solución de esta guerra pueda ser la instauración de un régimen comunista. Si las masas obreras, los campesinos y la pequeña burguesía urbana nos siguen y nos quieren, es porque saben que nosotros somos los defensores más firmes de la independencia nacional, de la libertad y de la Constitución republicana. Esta defensa es la base, es el contenido mismo de toda nuestra política de unidad y de Frente Popular. Y sería muy grave, sería inadmisible, que en las filas de nuestro Partido pudiera producirse, no digo una vacilación, sino una simple falta de claridad sobre esta cuestión, precisamente en el momento actual, en que es necesario el máximo de unidad del pueblo para hacer frente a los ataques furibundos de los invasores extranjeros. En nuestro país existen hoy condiciones objetivas que hacen imprescindible, en interés de todo el pueblo, la existencia y el fortalecimiento de un régimen democrático, no existen condiciones que permitan pensar en la instauración de un régimen comunista. Plantear la cuestión de la instauración de un régimen comunista significaría dividir al pueblo, porque un régimen comunista no podría ser aceptado por todos los españoles, ni mucho menos, y nuestro Partido nunca hará nada que pueda dividir al pueblo, sino que lucha con todas sus fuerzas, desde el principio de la guerra, para unirlo, para unir a todos los españoles en el combate por la libertad y la independencia nacional. Quiero decir más. Quiero decir que en el momento actual, cuando la tarea es movilizar hasta el último hombre en una resistencia suprema a la ofensiva del invasor, resistencia que es la condición para nuestras contraofensivas y para la victoria final; en este momento, si se pudiera pensar en una modificación de la táctica de nuestro Partido, esto debería ser, no con medidas que puedan restringir la base de la unidad del pueblo, sino con medidas que puedan hacerla más amplia. Esta unidad debe comprender importantes capas de la población, que en la zona facciosa están bajo el yugo y quizá bajo la influencia de la propaganda fascista; debe comprender a todos los españoles que no quieren ser los esclavos de una bárbara dictadura extranjera.
Este es el primer punto que era necesario esclarecer, porque de la manera como planteamos esta cuestión, todas las organizaciones del Partido deben sacar las consecuencias en lo que se refiere a su política de unidad, a las relaciones con los republicanos, socialistas y demás fuerzas populares antifascistas.
Pero hay, además, en vuestro artículo un punto que es preciso poner en claro, y es el que se refiere a las relaciones de los países democráticos de Europa y de América con el pueblo español y con nuestra lucha. Vosotros afirmáis que "el pueblo español vencerá con la oposición del capitalismo". Se puede interpretar esta afirmación como una declaración de fe en la energía inagotable de nuestro pueblo; pero, políticamente, tampoco corresponde ni a la situación ni a la política de nuestro Partido y de la Internacional Comunista. En mi informe al Pleno de noviembre de nuestro Comité Central, afirmábamos:
"Hay un terreno sobre el cual todos los Estados democráticos pueden unirse y actuar juntos. Es el terreno de la defensa de su propia existencia contra el agresor de todos: el fascismo; es el terreno de la defensa contra la guerra que nos amenaza a todos."
Cuando hablábamos aquí de "todos los Estados democráticos", no pensábamos solamente en la Unión Soviética, donde existe una democracia socialista, sino que pensábamos también en Francia, Inglaterra, Checoslovaquia, en los Estados Unidos, etc., que son países democráticos, pero capitalistas. Nosotros queremos que estos Estados nos ayuden; pensamos que defienden su propio interés al ayudarnos; nos esforzamos en hacérselo comprender y solicitamos su ayuda. La posición que adoptáis en vuestro artículo es muy diferente y no es justa. El error consiste en olvidar el carácter internacional de nuestra lucha, que es una lucha contra el fascismo, es decir, contra la parte más reaccionaria del capitalismo, contra los provocadores de una nueva terrible guerra mundial, contra los enemigos de la paz, contra los enemigos de la libertad de los pueblos. Sabemos muy bien que los agresores fascistas encuentran en cada país grupos de burguesía que los apoyan, como hacen los conservadores ingleses y los derechistas en Francia; pero la agresión del fascismo se desarrolla de tal manera, que el interés nacional mismo, en un país como Francia, por ejemplo, debe convencer a todos los hombres que quieren la libertad y la independencia de su país de la necesidad de oponerse a esta agresión, y no existe hoy otra manera más eficaz de oponerse a ella que la de ayudar concretamente al pueblo de España. Todo francés honrado puede y debe comprender hoy que en España se lucha también por la independencia de Francia, y que quizá se decide la suerte de Francia en los campos de Aragón.
La manera en que vosotros planteáis el problema nos llevaría inevitablemente, una vez más, a restringir el frente de nuestra lucha, en el momento en que es preciso ampliarlo. La tarea de organizar la ayuda internacional a España en este instante trágico de su historia, incumbe principalmente a la clase obrera internacional y a sus organizaciones, pero las medidas que se puedan tomar para convencer de la necesidad de esta ayuda a otras fuerzas, no obreras, sino de la pequeña burguesía y de la burguesía democrática y liberal, no pueden tener más que nuestra aprobación.
¿Por qué se le ha ocurrido a Mundo Obrero adoptar una posición falsa sobre dos cuestiones de tanta importancia? Esto puede ser la consecuencia de una interpretación equivocada de la justa posición adoptada por nuestro Partido en estas últimas semanas, movilizando todas sus fuerzas para denunciar y cortar de raíz todo intento de capitulación o compromiso, y para exigir una política de guerra enérgica, correspondiente a la gravedad de la situación. Esta lucha debe continuar y continuará. Pero esta posición de nuestro Partido no significa ni puede significar de ninguna manera un cambio de nuestra actitud en lo que se refiere a la apreciación del carácter de nuestra revolución, a la apreciación de la situación internacional y a nuestra política de unidad. Al contrario. Todo lo que nosotros pedimos es en interés del pueblo y de la guerra. Por esto, pueden y deben estar de acuerdo con nosotros todos los antifascistas; más aún, todos los españoles que quieren que esta guerra se termine con la victoria de nuestra patria y con la derrota de los invasores fascistas. La tarea del Partido consiste, basándose en esta condición, en estrechar los lazos de unidad entre todos los sectores antifascistas. Hoy más que nunca, nada contra la unidad, todo para lograr la unidad del pueblo, la más amplia y firme que sea posible.
Por eso hay que evitar, queridos amigos de la Redacción de Mundo Obrero, plantear de manera falsa o confusa problemas que para todos nosotros deberían estar claros desde hace mucho tiempo.





EL SOCIALISMO I EL HOMBRE EN CUBA.
ERNESTO CHÉ GUEVARA
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Avui és demà. No escalfa el foc d’ahir
Ni el foc d’avui i haurem de fer foc nou.
Del gran silenci ençà, tot el que es mou
Es mou amb voluntat d’esdevenir. ..................
Miquel Martí i Pol.
Aquest llibre esta editat per Ocean Press el 2005. Correspon a un article de 1965 del Ché al setmanari Marcha de Uruguay, després de la seva intervenció a Argelia i a l’incorporar-se a la lluita al Congo. El títol de l’article era "Desde Argel para Marcha. La Revolución cubana hoy".
1.- És important tenir en compte al llegir el llibre el conèixer la vida i la producció escrita i oral del Ché; el debat teòric i pràctic entre els tres germans en relació al desenvolupament del socialisme a Cuba, Llatinoamèrica i internacional; el debat, en aquells temps, sobre el desenvolupament de les experiències socialistes i les lluites d’alliberament nacional; la confrontació entre les diferents interpretacions del marxisme, en lluita entre elles, en relació a realitats diferents i amb espais comuns. El llibre és dedicat a un dels aspectes del debat, que no es pot aïllar dels altres, com la praxi revolucionària, la construcció de la consciència revolucionària i l’assentament de les bases de l’"Home" nou, elements importants per a la Revolució cubana. És important llegir-lo, si és possible amb el llibre del Ché dedicat a la crítica del Manual de l’economia política, també publicat fa poc.
2.- És interessant com apunta la relació entre Estat, individu i col·lectiu. Ho fa en relació a la construcció del socialisme com en relació al període capitalista. Fa una descripció i explicació diferenciada en cada moment del procés, per exemple el moment de la guerrilla i el moment de construcció i de transició cap a un nou tipus d’institucionalitat de la Revolució. Examina la importància i contradictòria construcció del jo únic i membre d’una comunitat com a producte no acabat i competint amb el passat. Apunta un tema clau com que en l’esquema de Marx es concebia el període de transició com un resultat explosiu del sistema destroçat per les seves contradiccions i en realitat s’ha vist el fenomen previst per en Lenin com se separen de l’arbre imperialista alguns països que constitueixen les branques febles. Una nova relació centre perifèria en què els treballadors del centre estan sota l’hegemonia d’un pensament colonial. Reafirma la importància de l’educació i en especial de l’educació directa com a fruit de la intervenció en els processos: autoeducació. Afirma la necessitat d’accentuar la participació conscient, individual i col·lectiva en tots els mecanismes de direcció i producció i lligar-ho a la idea de la necessitat científica, tècnica i ideològica de manera que senti com aquests processos són paral·lels, així aconseguirà la total consciència de l’ésser social, equivalent a la seva realització plena com a criatura humana, trencant les cadenes de la seva alienació. Proposa redimensionar una condició nova per al treball. Planteja i considera que no estem en un procés de transició pur, tal com ho va veure Marx en la Crítica del Programa de Gotha, i si a això se li agrega l’escolasticisme que ha frenat el desenvolupament de la filosofia marxista i ha impedit el tractament sistemàtic del període, quina economia política no s’ha desenvolupat, convenim que encara portem bolquers. Entra en la reflexió sobre el paper de l’art i la cultura amb una reflexió crítica molt important en relació al període capitalista i en relació a les experiències socialistes. Per últim, fa una reflexió sobre el paper de la joventut en general i el paper del Partit en particular, en especial dels dirigents.
En definitiva, un llibre que val la pena llegir.

marià pere.

EL NACIONALCATOLICISMO


1.- Lo que la estructura dirigente de la Iglesia planteó días pasados en Madrid utilizando la defensa de su concepto de familia, fue al mismo tiempo un acto electoral a favor de las posiciones más reaccionarias frente a las liberales dentro del PP. Un acto más de lucha por la hegemonía de los valores y pensamiento conservador en el seno de la sociedad civil, así como la defensa del Estado-confesional. Cuestiones que chocan con la pluralidad de posiciones de los creyentes católicos y cristianos de este país. Que chocan con los avances civilizatorios, especialmente en Europa. Que chocan con la pluralidad progresista de la sociedad. Expresan una posición y una concepción ultrareaccionaria. Es una feudalidad más del bloque conservador de España. Pero esto se expresa no únicamente en el concepto de familia, también en relación a todos aquellos derechos y libertades cívico-republicanos.
Al mismo tiempo quiero expresar que la estructura dirigente de la iglesia tiene derecho a expresarse y luchar por sus valores ultrareaccionarios. Otra cosa es cómo responden los sectores progresistas.


2.- No comparto la respuesta dada por el compañero José Blanco. José Blanco se ha situado en el terreno de lo formal frente a un debate sobre la concepción de sociedad. José Blanco plantea que la política sólo puede hacerse desde los partidos políticos como forma de participación institucional-participar en las elecciones. Las deslocalizaciones, la precarización... las inversiones del capital financiero también son política. Cualquier acto humano que afecte a terceros, se haga o no desde las instituciones, es política. No se puede reducir la política a lo institucional. La opinión expresada por José Blanco expresa los límites de la concepción de democracia que sale de la transición.
Por cierto, el PP: no ha hablado mucho. Será porque por un lado le va bien para fidelizar al sector ultrareaccionario, pero por otro le enfrenta ante la posibilidad de avanzar hacia el "centro" y con los sectores liberales.


3.- Una vez más la derecha de este país intenta extender una cortina de humo sobre sus intereses de clase, intentando sustituir la lucha de clases por la lucha de confesiones, con la lucha entre territorios, enfrentando los pueblos de España. Estas son las formas fascistas de dividir al pueblo, y en especial a la clase obrera. Por cierto, el gobierno de EEUU. está haciendo lo mismo para generalizar la guerra en Oriente Medio. No es la primera vez que se emplean estos métodos en los procesos históricos de la lucha de clases, ahora con más interés por las dificultades de generar consenso en las políticas neoliberales.


4.- Qué es el nacionalcatolicismo en España? Definición ideológica del régimen franquista, que incorpora el conservadurismo católico al nacionalismo falangista. Situación político-religiosa que durante el franquismo, identificaba la condición de ser español con la de católico. El nacionalcatolicismo se ha expresado de formas diferentes a lo largo de la historia y tiene sus raíces en el pasado. Es expresión fundamentalista en lo religioso y aspira a la confesionalidad del Estado. No está muy lejos de la posición del Vaticano y en especial en la presión que éste ha hecho para que en el prólogo de la carta de Lisboa aparezca la importancia del cristianismo en Europa. Quiero recordar que a Europa le ha costado 600 años de luchas, expresadas entre posiciones religiosas que evidentemente expresaba un desarrollo de la lucha de clases, para llegar a unos estados de democracia burguesa y la configuración de Estados no confesionales.


5.- La estructura dirigente de la iglesia coloca el debate en términos confesionales. En otros períodos la reacción de una parte importante de las izquierdas fue el anticlericalismo. Sería entrar en su juego. Lo que define los terrenos de juego en la lucha es aquello que define el ser social. Este sector de la iglesia busca el anticlericalismo. Sería entrar en su juego.


6- La respuesta adecuada es la profundización de la democracia: separación definitiva y real entre el Estado y la iglesia. Acabar con la herencia de la transición que expresa una contradicción entre lo que dice la Constitución y lo que han hecho los gobiernos de la transición en relación a la iglesia. Es necesario un proceso de secularización estricta del Estado. Este es uno de los poderes fácticos del que el Estado se debería haber librado hace tiempo para construir un Estado Moderno.
Otro aspecto que aparece es el miedo a regular la pluralidad de confesiones en este país. Cuestión que también sería prioritaria.


7.- Algunos pensaban que aspectos del franquismo desaparecerían de una forma natural con la democracia tutelada de la transición. La existencia de este poder fáctico expresa que el franquismo no esta superado en ninguna de las esferas como la política, económica, la social y la cultural, el reto sigue siendo profundizar en la democracia.



marià pere

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